Jabón de aloe, elaborado con aceite de oliva, coco, palma eco, manteca de karité, ricino y aceite de almendras dulces.
Como siempre, mi plantita de aloe sustituida por parte del agua.
El aroma es fresco, con aceite esencial de limón, litsea cubeba, lavanda y clavo.
Óxido verde para el color.
Os recuerdo las propiedades del aloe de la entrada anterior:
Se ha empleado para multitud de usos a lo largo de la historia. Son numerosas las propiedades que posee, tanto para la salud como para la belleza.
Excelente limpiador y antiséptico natural, penetra fácilmente en la piel y en los tejidos.
Posee una gran actividad bactericida, que también destruye numerosos tipos de virus, que es fungicida, antiinflamatorio, antiprurítico (detiene la comezón), altamente nutritivo (contiene vitaminas, minerales y azúcares), dilata los capilares sanguíneos incrementando la circulación en la zona afectada, descompone y destruye los tejidos muertos (incluyendo el pus), favorece el crecimiento celular normal (acelerando la curación de llagas y heridas), hidrata los tejidos y es antipirético (elimina la sensación de calor en las llagas, úlceras e inflamaciones).
Reduce los poros abiertos, evita arrugas prematuras, elimina las manchas del sol con un uso prolongado, bueno para después del afeitado y depilación, estrías, astringente, su uso se combina con una crema hidratante.